Un año antes de pisar tierra cubana me inventé una Habana en mi cabeza. Fue la primera semana de julio de 2004, en Panamá. Una carambola de vuelos perdidos, escalas y falta de algún visado de repente me obligaba a volver a Madrid vía Cuba, donde debía hacer una escala de ocho horas. Tiempo suficiente para dar una vuelta por La Habana.
En las horas previas al viaje,
me imaginé al detalle esos minutos y los rincones que me permitirían visitar. Confeccioné en mi cabeza una Habana brillante y enérgica, levanté mi Habana Vieja, tracé mi propio Malecón, concebí a cubanos y cubanas a mi antojo... Fueron ocho horas recorriendo La Habana en un side-car... en mi cabeza, sólo en mi imaginación porque al final el viaje se frustró, la escala fue en Caracas. Vamos, que volví a Madrid sin pisar Cuba.
Un año después aterricé en la isla con unas amigas y encontré una ciudad distinta a la que me había figurado. No me decepcionó en absoluto no encontrar “mi Habana” porque la de verdad era tan vibrante y tan sabrosa como la que yo me inventé un año antes. Así que
tengo dos habanas en mi disparatada cabecita.
Ahora, antes de emprender viaje, ya
tengo también una Nueva York en mi cabeza. Supongo que casi todos tenemos una, con su Estatua de la Libertad, su Empire State, su Zona Cero (bueno, en la mía siguen las Torres Gemelas), su 5ª Avenida, sus taxis amarillos, sus neoyorquinos comiendo sándwiches en un banco de Central Park o un hot dog a toda prisa por la calle...
Y aunque yo sea la demiurga de “mi Nueva York”, en el apuntalamiento de esa gran ciudad que habita en mi cabeza han colaborado algunos otros, así que por su impagable contribución quiero (atención, momento recogida de Goya) dar las gracias a Woody Allen. Gracias a
Sarah Jessica Parker y su ‘Sexo en Nueva York’. Gracias a
Paul Auster (ése sí que sabe cómo se toca fondo, verdad Rafiña?). Gracias a
Audrey y a su ‘Desayuno con diamantes’. Y gracias a Truman Capote, claro. Gracias a Billie Holiday. Gracias a King Kong. Gracias a ‘Taxi Driver’, bueno, a
Scorsese, en general. Gracias a ‘La Tentación vive arriba’, a los
Corleone... A mi amigo Tejero, el hombre de hielo al que sólo he oído hablar con pasión de la capital del mundo, a
Lorca, que fue Poeta en NY y a ‘cienes’ y ‘cienes’ de series, pelis, libros y personas humanas que alimentaron a mi criatura.
MJ
(el reloj del blog debe marcar la hora de Helsinki por lo menos. Latorre, en el eje Bretón-Ponzano son las 10.30 am en punto)