jueves, 19 de abril de 2007

¿Quién quiere un regalo de NY?

Queridos lectores, no sois muchos, pero sois tan fieles, tan salaos, tan guapos todos, que os queremos hacer un regalito, obsequiaros con un recuerdo del viaje.

Habíamos pensado traeros algún detalle de Tiffany, pero le he oído decir a Boris Izaguirre que las joyas están pasadas de moda, así que hemos optado por algo más atemporal y muchos más sentimental que un diamante: lindas postales enviadas desde Nueva York. Sí, sí, con su auténtico matasellos neoyorquino y todo. ¿Cuánto tiempo hace que no recibes una postalita? ¡En breve tendrás una en tu buzón!


Eso sí, todo el que quiera el cartoncito, tiene que recordarnos dónde vive. Enviarnos vuestras direcciones postales a berlangamanhattan@gmail.com. Animaos que habrá para todos. ¡Estamos que lo tiramos, oiga!

sábado, 14 de abril de 2007

¿A dónde vas? A contarlo

Dice mi hermano Carlos que este blog es un acto de egocentrismo. No me he parado a pensarlo. Me lo dice medio en broma medio en serio. Quizá lleve algo de razón, pero es que las cosas buenas e intensas hay que contarlas. Estoy segura de que es una necesidad universal. Como cuando Luis Miguel Dominguín se encamó por primera vez con Ava Gardner, el animal más bello del mundo. Según cuenta el torero, se levantó de repente y empezó a vestirse.


- ‘¿A dónde vas?’, le pregunta ella
- ¿A dónde voy a ir? ¡A contarlo!

Hombre, en estos delicados menesteres de alcoba yo creo que es imprescindible un mínimo de discreción, pero me vale el símil. Nos vamos a Nueva York. ¡Tenemos que contarlo, Charles!


jueves, 12 de abril de 2007

30 días para los 30

Un buen día se me ocurrió y me entusiasmó la idea: Quería cumplir los 30 años en Nueva York. Quizá haberme visto cuatro temporadas de ‘Sex and the city’ compulsivamente tenga algo que ver con este capricho.

Casi siempre mi cumple ha coincidido con la romería de San Isidro del pueblo, con los exámenes del instituto, con Eurovisión... ¡Quiero entrar en la treintena con un rollo más sofisticado!

Hoy es 12 de abril. Falta justo un mes para mi cumpleaños y tengo un billete para Nueva York. Ay, pero no me pillará el día en cuestión al otro lado del charco, porque estaré de vuelta el día 9. ¡Casi!

Inma, déjame pedirte que al menos me cantes el happy birthday en la Quinta Avenida. No hace falta que se parezca al que Marilyn le cantó a su Mr. President, seguro que a ti te sale con otro estilillo igual de sugerente.

El día que cumplí 29 me llamó mi amiga Concha desde Sevilla para felicitarme: “Llere, –me dijo- sabes que ya no vas a cumplir veintitantos nunca más, no?”. Ante aquella verdad disparada a bocajarro, me dio la risa nerviosa y a continuación un bajón instantáneo, como el Cola Cao.

Pues fíjate, ahora que vislumbro los 30 lo llevo estupendamente. Oye, que no me pesan para nada las tres décadas. Será que lo miro desde el otro lado y entiendo que es genial haber llegado hasta aquí. Cuántos no los llegan a cumplir. Además, son 30 tacos viviendo como he querido (más o menos), cumpliendo sueños, haciendo cosas que ni siquiera había alcanzado a figurarme, luchando y recogiendo. He reído infinitamente más de lo que he llorado, he conocido a gente excepcional por el camino y lo mejor es que a la mayoría la conservo más o menos cerca.

Además, de vez en cuando sigo llegando a casa a las seis de la mañana (no veas las ojeras que tengo hoy). Y sigo haciendo alguna locura, como a los 18.

martes, 10 de abril de 2007

Todos hemos estado ya en Nueva York

Un año antes de pisar tierra cubana me inventé una Habana en mi cabeza. Fue la primera semana de julio de 2004, en Panamá. Una carambola de vuelos perdidos, escalas y falta de algún visado de repente me obligaba a volver a Madrid vía Cuba, donde debía hacer una escala de ocho horas. Tiempo suficiente para dar una vuelta por La Habana.

En las horas previas al viaje, me imaginé al detalle esos minutos y los rincones que me permitirían visitar. Confeccioné en mi cabeza una Habana brillante y enérgica, levanté mi Habana Vieja, tracé mi propio Malecón, concebí a cubanos y cubanas a mi antojo... Fueron ocho horas recorriendo La Habana en un side-car... en mi cabeza, sólo en mi imaginación porque al final el viaje se frustró, la escala fue en Caracas. Vamos, que volví a Madrid sin pisar Cuba.

Un año después aterricé en la isla con unas amigas y encontré una ciudad distinta a la que me había figurado. No me decepcionó en absoluto no encontrar “mi Habana” porque la de verdad era tan vibrante y tan sabrosa como la que yo me inventé un año antes. Así que tengo dos habanas en mi disparatada cabecita.

Ahora, antes de emprender viaje, ya tengo también una Nueva York en mi cabeza. Supongo que casi todos tenemos una, con su Estatua de la Libertad, su Empire State, su Zona Cero (bueno, en la mía siguen las Torres Gemelas), su 5ª Avenida, sus taxis amarillos, sus neoyorquinos comiendo sándwiches en un banco de Central Park o un hot dog a toda prisa por la calle...

Y aunque yo sea la demiurga de “mi Nueva York”, en el apuntalamiento de esa gran ciudad que habita en mi cabeza han colaborado algunos otros, así que por su impagable contribución quiero (atención, momento recogida de Goya) dar las gracias a Woody Allen. Gracias a Sarah Jessica Parker y su ‘Sexo en Nueva York’. Gracias a Paul Auster (ése sí que sabe cómo se toca fondo, verdad Rafiña?). Gracias a Audrey y a su ‘Desayuno con diamantes’. Y gracias a Truman Capote, claro. Gracias a Billie Holiday. Gracias a King Kong. Gracias a ‘Taxi Driver’, bueno, a Scorsese, en general. Gracias a ‘La Tentación vive arriba’, a los Corleone... A mi amigo Tejero, el hombre de hielo al que sólo he oído hablar con pasión de la capital del mundo, a Lorca, que fue Poeta en NY y a ‘cienes’ y ‘cienes’ de series, pelis, libros y personas humanas que alimentaron a mi criatura.

MJ
(el reloj del blog debe marcar la hora de Helsinki por lo menos. Latorre, en el eje Bretón-Ponzano son las 10.30 am en punto)

miércoles, 4 de abril de 2007

NBA


Joder. La NBA termina a mediados de abril y los Knicks no pasan a los playoffs. ¡Qué mala suerte!

No. No nos ha poseído el alma calva de Andrés Montes, es que con esta noticia que me da mi amigo Herguedas a la hora del café-Aquarius se nos frustra uno de nuestros grandes planes en Nueva York: asistir a un partido de la NBA en el Madison Square Garden.

Dicen los que han vivido uno de estos encuentros que es un espectáculo espectacular (valga la redundancia), que no importa si te gusta o no el BA-LON-CES-TO (como diría Pepu), porque de cualquier manera se te ponen los pelos como escarpias viéndote en mitad de ese circo de gigantes.

Pues eso, que nos vamos a quedar sin partidazo, aunque visto de otra manera, mira, ya tenemos una razón para volver a Nueva York. (Coño, aún no hemos pisado la ciudad y ya estamos buscando razones para regresar).

Estamos pensando en un premio de consolación: un partido de béisbol en el estadio de los Yankees, ahí mismito, en El Bronx.

martes, 3 de abril de 2007

La importancia de los preliminares

Hemos advertido en los últimos días que muchos de vosotros, después de visitar este blog, nos hacéis con un pie ya en yankilandia. Así que nos vemos en la obligación de aclarar que aún falta casi un mes para nuestra partida. Salimos el 30 de abril.

A algunos os parecerá que hemos estrenado este blog muy pronto, pero estamos seguras de que todos conocéis la importancia de los preliminares en cualquier faceta de la vida. Hay menesteres para los que merece la pena tomarse su tiempo, recrearse y disfrutar el ‘antes’ tanto como el ‘durante’. En los viajes, como en tantos otros asuntos, los preliminares son jugosos, divertidos y fundamentales para que llegado el momento de irse todo sea genial. ¿Estáis de acuerdo?

lunes, 2 de abril de 2007

Tener y no tener


TENEMOS un vuelo (sin escalas) con Delta, una reserva en un albergue de Manhattan, dos guías, un mapa y muchas ganas de darle un mordisco a la Gran Manzana.


NO TENEMOS mucho dinero, ni taxi esperando en el aeropuerto, ni minibar en la habitación, ni seguro de viaje... pero tenemos muchas ganas de darle un mordisco a la Gran Manzana.