

Señores, nos vamos a Nueva York. Y como no todos los días se planta uno en la capital del mundo mundial, hemos considerado oportuno dar buena cuenta de nuestros pasos en este blog de grandes pretensiones.
---- INMA Y MARÍA JOSÉ ----
Queridos lectores, no sois muchos, pero sois tan fieles, tan salaos, tan guapos todos, que os queremos hacer un regalito, obsequiaros con un recuerdo del viaje.
Habíamos pensado traeros algún detalle de Tiffany, pero le he oído decir a Boris Izaguirre que las joyas están pasadas de moda, así que hemos optado por algo más atemporal y muchos más sentimental que un diamante: lindas postales enviadas desde Nueva York. Sí, sí, con su auténtico matasellos neoyorquino y todo. ¿Cuánto tiempo hace que no recibes una postalita? ¡En breve tendrás una en tu buzón!
Eso sí, todo el que quiera el cartoncito, tiene que recordarnos dónde vive. Enviarnos vuestras direcciones postales a berlangamanhattan@gmail.com. Animaos que habrá para todos. ¡Estamos que lo tiramos, oiga!
Dice mi hermano Carlos que este blog es un acto de egocentrismo. No me he parado a pensarlo. Me lo dice medio en broma medio en serio. Quizá lleve algo de razón, pero es que las cosas buenas e intensas hay que contarlas. Estoy segura de que es una necesidad universal. Como cuando Luis Miguel Dominguín se encamó por primera vez con Ava Gardner, el animal más bello del mundo. Según cuenta el torero, se levantó de repente y empezó a vestirse.
- ‘¿A dónde vas?’, le pregunta ella
- ¿A dónde voy a ir? ¡A contarlo!
Hombre, en estos delicados menesteres de alcoba yo creo que es imprescindible un mínimo de discreción, pero me vale el símil. Nos vamos a Nueva York. ¡Tenemos que contarlo, Charles!